Felicio Flores

Tú también la amarías

Y por eso, perdóname, Señor, porque es tan bella,

que tú que hiciste el agua y la flor y la estrella,

tú, que oyes el lamento de este dolor sin nombre,

¡tú también la amarías, si pudieras ser hombre!

 

José Angel Buesa

 

Tú también la amarías, 

¿cómo no amarla?

Perdón señor, perdón:

fue un pecado quererla

aún siendo de otro hombre 

y haberla tenido sin tenerla

por una noche de pasión. 

 

¿Cómo pude amar así?

Como si el pecho no bastara

para contener el amor 

y se tuviera que abrir 

como se abre una flor.

Aunque fuera clandestino

así lo quisimos los dos

y ahora resta cenizas 

de lo que el fuego consumió. 

Aquí y ahora de rodillas 

le reitero mi perdón, 

aunque no alcance la vida 

para olvidar lo que sucedió.

 

Si nos volvemos a cruzar

no me sigas por favor

o no habrá perdón divino

que tolere otra traición.

 

Felicio Flores