Luis 091

Arde la Red (o el malware todopoderoso)

Arde Internet.

Arden las redes y los foros.

Increíble.
Jesús -el hijo de Dios- ha regresado.

Se le ha visto paseando sobre las aguas del río Hudson
frente a la Statue of Liberty en New York.

No dice nada. Saluda sonriente
a la multitud que le observa desde tierra
y los abarrotados ferrys.

Viste una túnica blanca como la nieve.
Debajo solo unos jeans.

Helicópteros del FBI sobrevuelan constantemente
tan bajo que alborotan su larga melena.
Parece un loco.

¿Protocolo de alerta antiterrorista o extraterrestre?
Epidemia de onicofagia en la White House.

Lleva 24 horas caminando. Más o menos
cada 50 minutos se tumba boca arriba
sobre el agua con las rodillas dobladas
y la nuca apoyada en las manos.
Parece que está silbando. Las gaviotas vuelan a coro sobre él
dibujando frases en el aire:

\"ME HAN OBLIGADO A REGRESAR\"

\"HERMANOS MÍOS, ESTO NO PUEDE SEGUIR ASÍ/
OS ESTÁIS CARGANDO EL PLANETA/
Y NO PARÁIS DE JODEROS ENTRE VOSOTROS \"

\"VENGO A PONER UN POCO DE ORDEN/
TRAIGO TODO UN ARSENAL
DE NUEVOS MILAGROS\"


Las redes echan chispas.

Dicen cosas como:

\"Otro extranjero que viene a delinquir y vivir de las ayudas del Estado\"

\"Vaya pintas de vegano perroflauta, fijo que es marica\"


\"A este le ha financiado algún lobby
cambioclimatista al servicio de la agenda 2030 y
el supremacismo feminista\"

\"¡Argentino!\"


Pero Jesús ya no está para sandeces.
No está dispuesto a un segundo fracaso.

Entonces
da una fuerte palmada y la tierra comienza a temblar.

Las redes siguen echando chispas:

\"Eso es censura, cabrón\"

\"¡Fascista progre!\"

\"¡Aguafiestas!\"


Jesús consulta con su padre.

\"Estos gilipollas no tienen remedio.
Mándales a tomar por culo.
Hágase tu voluntad\"


Y ante la negativa de Satanás (\"yo quiero malvados, no zombis\")
a partir del año uno de la nueva era
el hombre vagó por los tenebrosos senderos de la existencia
en busca de la santa lucidez por otros dos mil años.

Y (de paso) la última luz del último aparato conectado a la red cesó.


Y de nuevo se hizo la bendita

ciberoscuridad.