Sergio DeBaires

Caminos

Caminos de la mente
la alfombra luminosa de la noche
donde el verso surgente
como un acuoso coche
convierte a su alfaguara en regio broche.
Las sendas que en el cielo
se tejen en tus letras, afanosas,
con los brillos del hielo
de estrellas dispendiosas
que facen joyerías de tus cosas.

Me basta tu cantar
me alcanza con silbar tus sinfonías
me sobra con hablar
contándote mis días
y hacer con tus estrofas melodías.
Nos encontramos cerca
aunque nuestros abrazos nos ignoren,
pues la distancia es terca,
no importa lo que imploren
como no importa cuanto tus versos lloren.

La vida es un contrato
de renta  con las parcas y el olvido,
que no es parte del trato,
el truco inadvertido
que  al alquiler convierte en divertido.
Ansina que yo alquilo
la diosa mexicana que en sus glosas
con peculiar estilo
dice cosas hermosas
que visten mis respuestas dispendiosas.


Mientas  me tomo un vino
abrazo la vigüela y tu cintura
sabiendo  que el destino
no es la sinecura
que brinda generosa ña natura.
Después ensayo un tango
y salto embriagado en tus albricias
como si fuera un rango
y tus versos caricias
sensuales y amorosas litotricias.

Y la piedra que soy
se acuna fina arena de tu playa;
y la marea de hoy
compone en esta chaya
El beso que  te manda este canalla.