Bolines

Una noche con Marta

Un día del mes de Octubre,

 

durante una calurosa noche.

 

Mi cuerpo y el tuyo

 

fueron solo uno.

 

Ardimos en una espiral de pasión

 

bajo un viejo colchón,

 

con la luna como único testigo

 

de cómo mis manos recorrían tu cuerpo.

 

Nuestros labios bailaban sevillanas

 

y nuestros cuerpos se pegaban a las sábanas. 

 

Hacíamos el amor

 

para dar salida al ardor

 

que viene de nuestras almas

 

y se ve reflejado en mis poemas.

 

Acabamos sin aliento, agotados

 

tras dar intensos gemidos.

 

Solo miro tus inocentes ojos

 

que se quedan clavados   

 

en mi mente para siempre,

 

serán un recuerdo imborrable.

 

Llegamos a un éxtasis carnal

 

que ha sido colosal e inmortal,

 

alcanzamos lo máximo

 

y llegamos a nuestro apogeo.