Abrir las pupilas es comprar un billete
en el barco mercante de la realidad
que transporta a velocidad de la luz
partículas que soplan vientos de fotones,
y esparcen asombrosos pensamientos
que permiten oír lo que se ve
y en simetría, ver lo que se oye.
Como mares que reflejan la luna
arrugada por el baile de las olas
y embrujada por notas musicales,
llegan a nosotros infinitas imágenes
que percibimos como una película
que empieza y termina,
en un abrir y cerrar de ojos.
En la profundidad del sueño
se esconden retratos imaginarios
cubiertos por la sábana de la noche,
y proyectados por el subconsciente
que como el corazón de un poema
bombea mágicas y extrañas metáforas
que contiene deseos incomprendidos,
y huidas frustradas por una fuerte atracción.
José Antonio Artés