Mauro Enrique Lopez Z.

Siempre con engaños

Siempre ella salía por las noches, 

yo me quedaba en casa porque 

decía que yo era aburrido, pero 

nunca me enojaba y creia en su 

honestidad, pero se le durmió 

el ángel que la cuidaba, porque

una noche me dió por buscarla 

sin avisarle, que solpresa, de 

encontrarla bien acaramelada 

con su amante. Hoy dice que yo 

soy el culpable por dejarla salir, 

porque no puse mano dura con ella,

y en casa solo se, que se lamenta 

y yo sigo siendo aburrido pero feliz. 

Celebrado mi buena cena y de repente 

unas copas, y ella en las avenidas 

buscando otro quien cubra sus malas mañas.