Luis 091

Yo ñu

Enrojece el sol al caer en la sabana.

Soy un ñu herido.

A mi izquierda dos leonas hambrientas.

Alzo mis cuernos,
(mero farol de quien se sabe sin opciones)

Tras las leonas, una manada de hienas
ríen, como cuadrúpedas pitonisas,
adivinando su favorable e inminente futuro.

Un leopardo me mira también con ojos de hambre,
(sabe que él no será el beneficiario,
hoy, de mi sabrosa carne)

Es una putada; yo, que no me meto con nadie,
que solo soy un entrañable vegano...
La vida es injusta.

A todo esto varias decenas de buitres
sobrevuelan felices esperando las sobras,
mis sobras.

Se me acerca una leona, que parece
no tener respeto alguno
por mis cuernos amenazantes.

Como soy un simple ñu ni siquiera sé rezar,
mas moriré luchando.
Embisto al gran felino,
pero tropiezo por culpa de mi pata rota.

Me aprieta el cuello con sus colmillos,
me ahogo.

Espero que el desenlace sea rápido.

Y es que, qué más da quien te coma,
pero puestos a elegir
que sea el que mejor mate.

Se me nubla la vista y no puedo respirar.

Entonces veo una luz deslumbrante a lo lejos,
y abajo las dos leonas devorando
mi antes bello y poderoso cuerpo.
Me rodean mis abuelos ñus,
y aparece un tipo raro con barbas blancas.

De repente el tipo raro mira su ordenador,
y me dice que como he sido un buen ñu
me permite elegir qué ser en mi siguiente vida.

Valoro la opción de ser elefante,
pero la descarto, pues son muy gordos y lentos,
y además he oído que les arrancan los colmillos
o los encierran en circos de países con leyes cutres.

También se me pasa por la cabeza
ser león, leopardo o hiena;

lo vuelvo a desestimar,
pues tengo principios (de herbívoro)
y no me atrae tener que joder
a los demás para subsistir.

Tengo muchas dudas, y le pregunto
al tipo con barbas:
¿y tú qué coño eres?

Me dice:
Yo soy Dios, pero olvida lo que estás pensando.
Aunque lo más parecido a mí es el hombre.

¿Y hay hombres que corran mucho
y no se coman a sus vecinos?,
-le pregunto-

Sí, los hay,
(me contesta),
... pero la mayoría se comen hasta entre ellos
sin necesidad de usar los dientes.

¿Pues entonces qué cojones puedo ser?
(digo para mí)

Si me aceptas un consejo,
(me vuelve a decir el tipo con barbas)
despiértate y ve a mear,
que la vejiga llena al dormir causa pesadillas,

y de paso deja de ver tantos documentales
sobre el Serengueti.

Entonces desperté.
Había una preciosidad junto a mí
en el lado derecho de la cama;

lo vi claro,
me sequé el sudor de la frente,
puse un cd de los Iron Maiden,
me relamí
y eché el polvo de mi vida.