Jose Luis Posa Lozano

EL CÁNTARO ESTÁ VACÍO

Hace apenas cuatro días,

Iba a la fuente a llenar

el cántaro de mi vida

y regresaba bailando,

agua fresca y cristalina,

brotaba en aquel vergel:

flores, abejas, gorriones,

ruiseñores por doquier,

iban las mozas cantando

y perfumando el sendero,

mientras los niños jugaban

y trasteaban los perros.

 

Pero de un tiempo a esta parte

la fontana se ha secado,

las mozas se han hecho abuelas

y los niños, hombretones,

el vergel está marchito,

las ratas corren por él

el agua, a un grifo oxidado

tenemos que ir a beber.

 

Los perros cargan bozales

y los que eran mis amigos

se consumen en un banco

tomando el sol de la tarde,

ya nadie canta ni baila

paseando por las calles,

los coches lo inundan todo,

el humo envenena el aire,

motos con escape libre

son las canciones de antes.

 

Cargo al lomo la mochila

con vino, pan y jamón

y tiro montaña arriba

cantando aquella canción

que me presentó a mi esposa

y anidó en mi corazón,

buscando una nueva fuente

donde volver a llenar

el cántaro de mi vida

de amor, ternura y pasión,

escuchando a los gorriones

hacerle coro a mi voz

¡aún no se ha perdido todo!

a esperanza al menos ¡no!