Matias 01

Mañana será...

Mañana será,

mañana revivirán las palabras sobre los ojos

húmedos;

A pesar de todo,

a pesar de la infinita muerte y toda la tierra

se haya tragado la carne y aplastado los huesos,

a pesar de todo el silencio

de las piedras y los árboles muertos

y los buitres con sus ramos de flores

sobre los rostros hundidos plagados de hormigas;

 

Mañana será,

mañana esa sonrisa detrás del vidrio saldrá

y bajará de la pared, 

como un río de agua casta y arderá de nuevo

en nuestros ojos,

y las manos se liberarán como aves desnudas

de la suerte y juntará de nuevo

a nuestro despedazado corazón;

¡Mañana sonreirás de nuevo y dejará de reír el silencio

en los ojos ciegos de la muerte!

 

Hoy todavía habrá que seguir por el camino duro

con los pies hasta las rodillas,

esquivando a la sospechosa soledad, arrastrando

el abrigo de la vejez

con su aire vagabundo -como uno- cumpliendo

el destino de su castigo.

 

Aun así, hay que ir aprendiendo a desprenderse

del tránsito febril,

de la mirada enloquecida, del aire pesado

que va cayendo como loza fúnebre

por las ciudades oscuras,

mientras la vida se va haciendo un perenne afán

contra el olvido.