Aquella hermosa noche, cuajada de locura,
llenaste mi esperanza, de gozo y de placer;
dejándome tu huella por toda mi figura.
con esas tus caricias, que saben conmover.
Del alma, sus rincones, vibraban extasiados,
sintiendo de mi cuerpo, su cálido temblor,
y todos mis sentidos quedaban perturbados;
en medio de tu fuego, que brinda gran calor.
Mis ojos contemplaban la luz de tu mirada,
que ardiente me llenaba, de loco frenesí;
y llena de embeleso, febril y enamorada,
ansiaba que mi vida, por siempre fuera así.
Por eso yo te brindo mi corazón entero
bordado de colores, y ensueño celestial,
que tu eres de mis horas, el regio pebetero,
que guarda gran destello de amor angelical
Ahora yo te juro que volveré a tu lado,
al regio paraíso, que ofrece tu pasión;
viviendo con tus besos, el cielo mas sagrado,
que llena mi existencia de santa bendición.