racsonando

¡El sol de mis simples cosas!

Contempla el sol

de mis simples cosas

ocultas, silenciosas entre los cerros.

La tarde viste de negro su plumaje,

las flores mustias lloran su agonía,

cuando lentas caen del ramaje 

ese amor de ligerezas y el ropaje.

Peregrinan en el alma vagos encierros,

amor que anclado y en los cielos,

una a una en mi oración se lleva el día.

Oscura y tristes las  melancolías,

emergen solitarias entre mis nubes

(sol de mis simples cosas)

la silueta de una luna que disfraza

la luz lejana de mis días.

Allá en lo alto, un nuevo día,

una nueva sed de letanías.

Contempla el sol

de mis simples cosas.

Tu voz, el eco perdido  entre los cerros

Lento, lento... vuelve y muere el día