Nitsuga Amano

Acompáñame en este silencio

En la penumbra de esta casa, el silencio se hace dueño,
como un viejo fantasma que deambula sin dueño,
las sombras se deslizan por los pasillos, en danza,
y el eco de tus risas, en mi mente, aún avanza.

 

 

Las cortinas, cual velos, ocultan el sol amado,
como tu ausencia que en mi alma, se ha anidado,
cada habitación, un recuerdo, un rincón de soledad,
donde el eco de tu voz, en cada rincón se va.

 

 

El reloj en la pared, su tic-tac incesante,
como el latir de mi corazón, constante y vibrante,
en la cocina, la mesa, donde compartimos tantas cenas,
ahora es un altar al pasado, y sus noches serenas.

 

 

Las sillas que solías ocupar, ahora permanecen vacías,
como mi alma que en la tristeza se sume y desvaría,
el rincón del sofá, donde juntos solíamos reposar,
hoy es un abismo de recuerdos, difícil de encarar.

 

 

En cada esquina, en cada rincón, en cada detalle,
tu ausencia se hace presente, como un frío talle,
y aunque quisiera olvidar, dejar atrás este tormento,
me aferro a este silencio profundo, como un último aliento.

 

 

Así, en esta casa vacía, en este rincón sombrío,
te espero en el silencio, donde todo es desvarío,
porque en este espacio, donde todo falta y se va,
solo tú, en mi memoria, para siempre quedará.