EHUR OHR

¡Extraño!...

Tengo un grito atravesando mi falso sosiego,

una esperanza en harapos que no alcanza a contemplar la luz de tu mirada,

una copa de vino, ahí, evaporándose en la espera…

y una hoguera inerte, con leños fríos, atrapados en lo inhóspito de la incertidumbre.

 

Parece que permanezco en un invierno indefinido…

donde no cabe ningún otro sueño…

porque todos se sublimaron cuando quisieron atrapar tu ausencia.

 

Solo tengo de compañera a mi vieja memoria…

que te bosqueja cada vez que tengo ganas de saberme querido,

y más, cuando me excito recordante recostada aquí en mi cama…

dejándote acariciar tus rincones sagrados.

 

Solo ahí me veo feliz,

ahí parece que respiro,

y noto que mi corazón se aloca

como una batucada de latidos…incontrolables…eufóricos…

creyéndose que has vuelto.

 

Supongo que así puedo imaginarme tu regreso,

porque desde que despierto…cada día,

no hay nada más que me inspire a continuar    este desértico camino.

 

Mi destino a veces parece que se cansa,

se aburre de mi…y me abandona,

toma el atajo de la nostalgia y huye de mi tristeza,

se va por mucho tiempo…buscando detener   las manecillas del reloj   que marcan mi existencia,

pero no puede…y regresa a ver si continúo suspirándote todavía.

 

Qué extraño es todo esto,

sigo estando, pero es como no estar vivo,

y tampoco me han dado por muerto,

debe ser que tú haces el milagro para seguir aquí…intentando retomar lo nuestro.