Jesus Alejandro Reina

Disertaciones de un lunĂ¡tico

Me agrada, no lo puedo evitar.
Me agrada como acaricia mi corazón tu mera existencia,
como me hundes en realidad,
como olvido el idealismo.

Me agrada, creo que puedes suponerlo.
Porque no atino ninguna palabra correcta
cuando me acribillan tus muletillas
y mi diccionario se alegra con tus vocablos.
Hay palabras dichas por otros que pierden
sentido, pero que al rescatarlas en tu garganta,
vuelven a parecer como quien presencia
los botones que nacen de una flor extinta.
Me agrada y... creo que algo más,
pero estoy por descubrirlo.