Rafael Parra Barrios

La edad, canto a la vida

 

 

 

Caminar las llanuras

y escalar las alturas

de la vida,

trepar sus cimas,

pasear por bosques,

entre cuatros y violines,

retar su arcano tiempo,

observar el horizonte,

es la bendita gesta

de la edad,

que se corona,

día a día,

tras la oportunidad

que refleja la aureola

que ilumina la senda

del hito universal.

En este transitar 

cumplir setenta años 

es cosecha primaveral 

que, aunque otoñal, 

es regalo de Dios, 

en el jardín terrenal. 

Llegar con la vista clara, 

con las ganas encendidas, 

a este pedestal,

es atalaya de estrellas,

que guía floridas faenas.

Llegar contento 

a este bíblico encuentro, 

es percibir 

nuevos vientos,

que soplan fe y sustento, 

soñando y haciendo. 

Miles de millas,  

que marcamos,

desde que nacemos

hasta que llegamos

al nuevo cumpleaños, 

y si contamos

con voluntad, 

alcanzaremos 

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