poeta in processus

Desierta compañía

Miro los rostros,

Observo facciones, sonrisas, mentiras.

Siento el tiempo rozarme el cuerpo.

Las hojas caer de los arboles y renacer con a su paso. 

Escucho voces, con distintos timbres y fachadas.

Noto su presencia, la felicidad a mi alrededor.

Presiento la incomodidad y la queja.

Estoy y no estoy.

Regreso y no vuelvo.

Siento y escondo.

Merezco que alguien acompañe mi silencio,

que sienta la brisa, aun con temor y no hable.

Veo pasar los rostros, indiferentes, crueles, desconocidos.

Me acerco con temor y espero.

Espero largos minutos, horas eternas, interminables meses, años sin fin. Y espero y espero y espero. 

Y luego me acostumbro.

A la soledad acompañada,

al silencio rodeado de murmullos,

a los pensamientos arrinconados interrumpidos por risas.

Mi normalidad se vuelve oscura, intacta y abrumadora.

Y sufro,

sufro en mi soledad acompañada de mi silencio. 

Porque a veces el dar no se multiplica,

el recibir en nulo y con apatía,

la amistad es falsa, manipuladora y escondida. 

A veces hay todo y se siente como nada.

A veces hay todo y se siente insignificante.

Pero a veces hay nada y siente como todo. 

Solo hay ecos, sombras y vacio. No hay nada. Pero hay algo