Hector Loaiza

Besos

He ido marchando a través del atlas de tus labios;

Mi boca era cómo una hoguera precipitándose hacia tus cauces.

Muñeca, en ti el crepúsculo construyó su nido de colores; tal vez de frambuesa o nenúfar intenso.

 

Un campanario, un recuerdo, algo lejano y nostálgico.

Taciturno, perdido entre el tiempo y la melancolía.

 

Yo que ya te amaba a la orilla de éste lago.

La soledad ceñía mi tristeza con dolores

entre las aguas y las aves.

 

Entre los labios y el eco, algo se va apagando. Algo con alas, algo con incertidumbre y nostalgia de aquellos tiempos.

 

Así cómo la lluvia cubre la tierra.

Muñeca mía, apenas quedan gotas para tus besos.

Sin embargo algo en mi aviva de pronto entre estas palabras.

Algo enaltece, algo huye con cantos y estrellas y sube hacia mis ávidos labios.

 

Oh amor, poder traerte a ti la ternura de mi boca.

Tocar, correr, huir entre el vaivén cómo un tronco perdido entre los mares.