Pampa Dormida-Luis

BESOS PROHIBIDOS

La tarde de invierno sabe a aromas silvestres, sabe a pudores de sol que huye hacia la noche, sabe a sierra, sabe a monte, sabe a río.

Sabe a besos prohibidos, furtivos.

De esos besos que ni se compran ni se venden…De esos besos que saben a locura, a travesura, a lujuria contenida.

De esos besos que saben a pasión, que bajando por tu cuello te hacen perder la razón

Besos prohibidos que inquietos y curiosos recorran tu piel, y no queden en algún rincón dormidos.

Miro el huerto donde florece el jazmín, e imagino el polen de tus besos en mis labios y su aroma en cada uno de mis sentidos.

Y me convierto en colibrí para libar de tu savia íntima con un beso prohibido.

Y quito tu vestido y pongo en tu intimidad un beso que sabe a caricias del hombre dormido que suben por tu espalda y buscan descansar en tu húmedo nido.

Que buscan tal vez, el galope corto de enloquecidos latidos

Y tus manos curiosas buscan mi camino, ese que despierta a tus suaves gemidos.

Besos oscuros, besos prohibidos.

Besos de lujuria hasta ahora, dormidos.

Y tus turgentes pechos gritan de placer ofreciéndose a mis labios, dejando la huella del beso mordido.

Y tus labios buscan mi savia urgente como un estacionado y equilibrado vino.

La tardecita de este invierno se inquieta en tus labios y los míos.

Quisiera besarte como nadie ha sabido.

Conocer de tus labios, tu néctar húmedo en esta tarde de hastío.

Saber como muerde tu boca cuando se encuentran con la humedad y el deseo de los míos.

La tarde noche de este atardecer de invierno me lleva a perderme y confundir tus susurros, con ese canto del río.

A confundir los besos donde nacen gritos ahogados, mientras gemimos.

A esos besos que saben a crepúsculos de invierno, en que muerto estoy vivo.

A besos curiosos, a besos prohibidos.

LHS