Vanamente intento poetizar
alegría estando en la miseria,
colisionando estrofas en mi cabeza.
Atravieso este padecimiento
inútilmente tratando de expresarme,
ineficazmente positivo.
Las esperanzas que vomito
poseen el afán de perseguir algún crecimiento,
pero crecer es un duelo acelerado.
Los caminos son difusos
y el tiempo está contado,
siempre rebotando en volatilidad.
Aunque cada vez me atormente menos,
mi espíritu intranquilo se opone a mencionar
que mañana habrá alegría donde hoy observa miseria.