Nitsuga Amano

El misterio de sus ojos

Bajo la luna plateada y serena,

nuestros corazones latían en concierto,

en la penumbra de la noche serena,

te amé con un amor puro y cierto.

 

 

Tus ojos, dos luceros en el abismo,

reflejaban el fulgor de la estrella al alba,

y en ellos hallé mi más dulce misterio,

el secreto que mi alma tanto buscaba.

 

 

Tus labios, como pétalos de rosas finas,

eran versos que mi boca recitaba,

y en cada beso hallaba mis rimas,

las palabras que mi alma te entregaba.

 

 

El viento soplaba susurros de pasión,

mientras nuestras almas se entrelazaban,

en esa noche eterna de dulce canción,

donde dos corazones se amaban.

 

 

La noche y sus estrellas eran testigos,

de este amor que crecía con la luna,

una pasión que no entendían los amigos,

pero que entre tú y yo era fortuna.

 

 

Así, bajo el manto del cielo estrellado,

nuestro amor floreció como una flor,

un amor eterno, en el tiempo grabado,

que en esta noche, susurro con fervor.