Jesus Alejandro Reina

Dancing on my own

Que no daría por ser el instrumento
con el cual colocas amor sobre tus heridas.

Y soy una curita que se desprende al sanar,
soy el apósito que dejas atrás. 

Que vacías son las casas de mi fantasma
dónde ensordecen los suspiros si no estás.

Ese puñal que llevas en las manos 
es el mismo con el que tallas mi corazón.

Podría preguntarle a Neruda por esta vez,
cómo escribió los versos más tristes en una noche. 

Pues a mí me sobran noches para calmar el olvido
y me faltarán... Si no se agota el infinito que decidí llevar en el pecho.

No hay equivocaciones, ni existen personas correctas,
solo somos un mar de decisiones con las que vivimos a cuestas.

Y esta lista de reclamos son el grito de extrañarte
más que una lista de lo que duele si no me ves.