Mirta Elena Tessio

Como si estuviese muerta.

¡¡COMO SI ESTUVIESE MUERTA!!

Me despierto en la mañana pero no del todo,
mis ojos se fijan en el techo,
pero mi cuerpo aún sigue dormido,
me agrada esa sensación de no sentir nada,
no hay nada que duela en mi cuerpo,
me siento quieta y en silencio,
como si estuviese muerta.

Sin embargo tú, entras sin pedir permiso,
por las cavernas de mi mente,
me invades y recorres mis pensamientos,
descubres lo que pienso,
eres como el sol que se filtra en la ventana,
y me dices que despierte.

Solo quiero seguir así,
muy quieta y medio dormida,
sin que nada me duela, sin sentir nada,
sin que nada invada mi mente.

y que mis neuronas se duerman.

 

PD: Nunca publique este escrito y no es que

me sienta triste, es que me siento, vencida, y rota

recogiendo mi pedazos como la mayoría de los argentinos

Nuestra Argentina, está así como me siento.

Le dejo algo que dije en la radio, un poquito

de lo que hay que cambiar en nuestro país.

¡¡ME LLAMARON ANARQUISTA!!

Me llamaron anarquista
porque dije en la radio
lo que le hicieron a mi hija.

Con solo tres añitos
su señorita
la sacó de la salita
la dejó sola en el pasillo
porque se volcó el té
sobre la mesita.

Ella, mi pequeña
no quería volver
a ese jardín de infantes
porque tenía miedo
a su señorita.

Dije en la radio
lo que le hizo esa señorita
se llama exclusión
un chip, que quedó grabado
en su mente de niña
y aún en su fuero más interno
se siente excluida.

Me llamaron anarquista
porque una maestrita
de primer grado
le daba chupetines
a quienes hacían bien
las cuentitas
en el negra pizarrita.
eso se llama soborno
y lo dije en la radio
y me llamaron anarquista.

Mi niño de 6 añitos
no entendió el meta-mensaje
pasó al frente e hizo un garabato
la maestra lo sentó sin el chupetín
y mi niño revoleo su sillita.

Eso se llama discriminación
lo dije en la radio
porque aún en nuestro mileño
siguen maestritas
discriminando a los niños.

Me tuvieron que atar
para no tomarla de los pelos
a esa maestrita
porque ese chip, aún lo tiene
grabado en su cabecita.

Por suerte tiene una madre
que pudo ver esa injusticia
Y le brindó existencia
le dije que era valioso
que no había en el mundo
ser humano alguno
capaz de discriminar
la belleza de su alma herida.

Me llamaron anarquista
porque siempre defendí
los derechos de los niños
y de las mujeres desvalidas.