Ser poeta es vivir en un mundo
de quimeras y contradicciones,
de lunas huecas y mitologías de papel,
de vastas geografías de melancolía
y fósiles de mariposas o flores...
Los símbolos arden desde sus cenizas
Y las fuentes susurran una música
triste, subterranea. La paloma del día
y el cuervo de la noche baten sus alas
sobre un reloj que padece amnesia.
¡Oh, Poeta! rasga tus venas
y que la sangre y la poesía broten de ellas...
Grita y que tu canto se vuelva uno
con el croar de las ranas del hades...
Llora y confundete con la lluvia...
Y allí donde encuentren tu cadáver
de pálida azucena, de violenta manzana,
allí encontrarán tu historia.