Una voz

Para quien inventó la música, sentir musical.

Tibio como el sol de la mañana
la suave brisa que me abraza
viene con sonidos
que como latidos
me toman y me enmarañan
¡De quién son estos céfiros que vibran!
asombran al que escucha, son citas
en ámbar y tertulias púrpuras sobre platea
danzan las vocales, y las letras se sobrecogen
y se extienden desplayadas, ¡Gorjean!
son la voz  planetaria de la que emana
un canto celeste y dorado
de plata y de tornado.
Sobre el oído se posa como susurro
y la música se impone, en cantícos angelicales
mariposas de suspiros y alientos
notas sobre notas dedicadas por cada latido
para quien inventó la música
en su seno y de su hijo, Cristo, un coro angélico
al Dios, el único, ese Dios que es nuestro,
vuelve la armonía, a quien pertenece...


Salmo 150:6

¡Que todo lo que respira cante alabanzas al Señor!

¡Alabado sea el Señor!