Pampa Dormida-Luis

CÓMO PENSARTE, SAN MARTIN

Como pensarte San Martín.

Como buscarte, cuando la miseria hinca los dientes entre los hermanos

Hasta la muerte ha sido mas lenta en tu figura indeleble en el tiempo.

Nuestra historia olvidadiza, impregnada de mentes mezquinas enriquecidas sólo de egoísmos y corrupción.

Han dado luz y brillo a otros Capitanes que, cual marquesinas de burdeles, llevan mas bordados en sus trajes de parada.

Mientras yo miro tu casaca llena de polvo de los caminos del Ande, suturada, remendada.

Hoy cualquiera llena el necesario silencio con borbotones de palabras inciertas y promesas electoras.

De mentiras infectadas.

Pero no hay nadie como tú, vestido de polvo, soledad y silencios, de nieve y pastizales, protegido por el cóndor de raudo vuelo.

Como pensarte San Martín si te busco en los polvorientos caminos que lindan el río, que riega las acequias de la lejana Mendoza.

Como pensarte debajo de tu sombra montando un brioso alazán tostado pechando la imponente cordillera en busca de la Libertad de los pueblos hermanos oprimidos, agitando tu vestidura, padre polvoriento.

Si.

El viento helado que descansa en la ladera, modela tu linaje.

Eres grande, eres verdad, eres virtud, mezclado en arenoso amasijo de barro, de tierra fértil, de pampa indígena.

Los sangrientos campos de combate se rinden a tu paso.

Como pensarte San Martín fuera de esa geografía y un poncho estrellado que te protegen.

Intemperie de galopes nocturnos, puestos vigilantes de pardos, libertos y mulatos.

Trote manso entre pueblos y llanuras o el paso lento del pensamiento de un guerrero que no descansa.

Como pensarte San Martín en esta Patria egoísta, agitada de pobreza, aniquilada de cultura, analfabeta de sentimientos.

Como pensarte si ni siquiera hemos cuidado la libertad que nos dejaste.

Solo desde mi vergüenza pido que nos inquiete esta paz necia que acalla la memoria hasta lograr esa libertad verdadera, más difícil aún que significa afianzar los valores que nos dejaste, la cultura del trabajo, y el salir de esta pobreza mental y espiritual que nos agobia.

L.H.S