Ahora puedo contar mi infierno
Desde el lado de la calma.
Cicatrices todavía humeantes
Que cauterizan los jirones
De una alma rota que sangra,
Borbotones de tinta negra,
Sobre páginas en blanco.
Pintando mi historia, mi vida.
Palabras al cabo de la calle
Espejo de cualquiera de nosotros
Reflejos de luces y sombras
Sonidos tan cercanos a la vez
Ecos de voces y gritos ahogados.
Que cuentan la misma historia.
Porque todos sufrimos, reímos
Amamos y morimos de desamor.
Todos enfermamos y sanamos.
Porque la vida es una
Contada millones de veces
Cada una la suya y la de todos
Un mismo guión, que interpretamos
Según marca el ritmo vital
El compás del latido del corazón.