Contradicen amar, siempre los diestros,
con palabras y verbos que limitan,
los deseos y sueños que nos gritan,
no atender a eruditos tan siniestros.
El saber, no castigan los maestros,
si aprender es la meta que nos citan.
Y el amor y el cariño necesitan,
del valor y principios que son nuestros.
Por hablar de la gran felicidad,
es deber ser la voz del sentimiento.
Qué. Remece y nos toca el corazón
con un verso de simple humanidad,
o de impío no tenga miramiento...
De escribir lo feliz que es ser pasión...
Autor: Mario Rodolfo Poblete Brezzo.