Angel Rafael Anaya Puerta

LOS FANTASMAS DEL AYER

En las nieblas del recuerdo, en lo profundo del pensamiento,

Los fantasmas del ayer bailan con lento tormento.

Mascullan susurros silenciosos, melodías de un tiempo ido,

Donde los sueños eran promesas y el futuro era un abrigo.

 

Los ecos de risas pasadas resuenan en el viento frío,

Se aferran a mi alma cansada, como un viejo y dulce rocío.

Las risas ahora son suspiros, las sonrisas marchitas y gris,

Los días pasados se desvanecen, como un sueño que llega a su fin.

 

En las esquinas de la memoria, los momentos yacen en ruinas,

Las lágrimas ocultas fluyen, como un río de aguas cristalinas.

Cada callejón oscuro revela un recuerdo enterrado,

Y cada mirada al pasado, deja mi corazón apesadumbrado.

 

Oh, los fantasmas del ayer, nunca cedéis en vuestro asedio,

Como sombras persistentes, como un eco que no tiene remedio.

Me recordáis lo que una vez fui, lo que amé y perdí,

Y me recordáis que el tiempo pasa, implacable, sin revertir.

 

En la quietud de la noche, cuando la luna está en su cúspide,

Los fantasmas del ayer emergen, como espectros en la bruma.

Pero quizás haya belleza en esta melancolía que siento,

Porque los fantasmas del ayer, en mi alma, siguen siendo un aliento.

 

Les permito que vaguen, que bailen su danza sombría,

Porque son parte de quien soy, de mi historia y mi poesía.

Los fantasmas del ayer, os abrazo con añoranza y paz,

Pues, aunque seáis tristes, sois la esencia que en mi ser perdurará.

 

Autor: Ángel R. Anaya Puerta

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