José Luis Barrientos León

El día que partiste (15 de agosto 2017- a mi madre)

 

 

Pareciera que las abejas han perdido sus alas

Y las nubes han partido dejando un cielo metálico

es como si las olas no regresarán dejando solo un grano de arena

y las flores ya no se pudieran deshojar

o los pájaros obturan su garganta muriendo de silencio

 

Un trozo de noche se nos congela en los ojos

y el aire se nos convierte en cenizas

transformando las sonrisas en llantos de cigarras

como si cayesen dolidas las estrellas

dejando mudo el horizonte

donde duermen los recuerdos

 

Los almanaques se han convertido en absurdos papeles

que devoran los días sin compasión ni clemencia

permitiendo el acorde imprescindible de las memorias

donde convergen los momentos, los abrazos y las fotografías

como si pudiésemos subir a la azotea del olvido

para alcanzar la inmortalidad de la presencia

 

Pareciera que quedamos solos, tristemente solos

como si fuésemos hojas secas llevadas por el viento

sin cantos, sin sonidos, ni palabras

con pesadas cortinas cerrando nuestros párpados

para buscar en nuestro espíritu las imágenes, las caricias

que se atesoran en recuerdos

y esperando ver ángeles batiendo sus alas

que te traigan entre nubes, entre brisas y esperanzas