Nitsuga Amano

Un recuerdo en blanco y negro

Mis versos, solitarios ecos en la penumbra,
se pierden en las paredes sordas de la distancia,
la indiferencia, huésped en este silencio huraño,
yace, como sombra, en mi alma en fragancia.

 

 

En la piel que albergas, te cuelas como suspiro,
aire en mis pulmones, latido en el abismo,
sueño, anhelo, caricio en el recuerdo etéreo,
esa piel que un día fue mi sendero y mi misterio.

 

 

En la noche que abraza, en la almohada yacente,
tu imagen trae el eco de días pasados y risas,
piel que me hizo feliz y hasta llorar ferviente,
en mis sueños reposa, en las lágrimas indecisas.

 

 

Un recuerdo antiguo, en las fibras de mi mente,
como una foto inmortal, trasciende tiempo y olvido,
un destello, un suspiro, un amor impertinente,
permanece, incólume, en el rincón compartido.

 

 

El olvido aún no asoma, no toca su umbral sereno,
quedamos atrapados en la tela de los instantes,
unidos por el hilo que en el recuerdo esreno,
tejió, con su hebra dorada, nuestros caminos errantes.

 

 

Así, en esta paleta de sombras y deseos,
mis versos vagan, como fantasmas en la niebla,
buscando respuestas, en los ecos silenciosos,
en la piel que habitas, en la memoria que me ruega.