ferchu71

oxido

Las calles agudizan sus miradas

Miran abajo, no miran nada.

Y oxidadas por los hombres de metal

que miran sobre los espejos

en un anochecer infinito

de locura sin igual.

 

Sale el sol

Todo es igual

Sigue el frío, sigue el metal.

Se avanza sigiloso

hacia las vidrieras de cristal.

El deseo, el anhelo

de poseer un diario grial

alucinan un “lo quiero”

latencia oscura de lo material.

 

Una voz, un rito

una creencia especial.

Y aquí el hambre es un mito

como portales del misterio

como los pasajes de humanidad.

De repente se escucho un grito

a la vuelta de la calle soledad

era un hombre ,un manuscrito

vencido por la tempestad

que trepó hasta su fosa sin mas dinero

porque ya había comprado toda su maldad

 

necesitaba nuevo un nombre

el suyo se había perdido en la eternidad.

Y con ojos alcohólicos

permanecía esclavo de su verdad

y de su hambre,

y de su paz

Soñaba con ver sus rotas cadenas aún tibias

pero aún no tenia dinero

para comprar la mirada de un hombre

y se limitaba a pulular por una cuidad de fantasmas

buscando algún hecho singular.

 

Y cuando la noche asechaba

se tiraba a descansar

en alguna esquina oxidada

perdida por los hombres de metal.