B. Yuste

Ella

 

Yo, que nunca creyera

Que existiera, comprendí,

Al verla, por vez primera,

Que era cierta la quimera,

Que en el fondo presentí.

 

Como  sueño que amanece

De nocturnas tempestades,

Con el alba se aparece,

Y ya siempre permanece

Sin brumas, sin veleidades.

 

La sabia naturaleza

En su ser, ha concentrado,

Una espléndida belleza,

Un portento de grandeza,

Un dejar maravillado.

 

Su dichosa ingenuidad,

La grandeza de su alma,

Su armoniosa dignidad,

Su don, su espontaneidad

Su placidez y su calma.

 

La su voz es melodía,

De un sonido singular,

Su grandiosa simpatía,

Es la impensable utopía,

Que no logré imaginar.

 

Ella, es el sueño increíble

De alcanzar, por lo lejano

Ser su amor, es imposible

Ni pretender, comprensible

De su amistad, el regalo.

 

Ella, es toda una hermosura

Ella es de amor, un poema,

Ella es bella, ella es locura,

Ella, es la loca aventura,

De tan tremendo dilema.

 

Ella es ella, y nada queda

Con que poder comparar,

Ni con nada que se pueda,

Ni que se pueda, con nada,

Ser lo mismo, o ser igual.

 

Ya me rindo,  pues presiento,

Que no podré conseguir,

El plasmar mi pensamiento,

Ni la admiración que siento

Por ella, y por su existir.

 

  1. B. Yuste