Gustavo Echegaray

Cuando el mar regrese

Cuando el mar regrese
a remendar la sombra
de mi corazón desgajado,
me aferraré, temblando,
a una trenza de la luna en oriente,
y miraré, sin pestañear,
la inmensidad ardiente
que me provoca quererte.

Cuando el mar regrese
a reinventar la vida
en el azul esparcido,
renaceré siendo otro,
o quizá el mismo,
con un yo distinto,
desnudo de todo
y encendido por dentro,
que recorrerá la senda de brasas
en la hoguera lenta
de tu piel de seda.