Rafael Huertes Lacalle

SIN MEDIDA

Amo el prado,

la amapola

y a la ola

que en la mar,

la repite

la marea;

balancea

sin cesar.

 

Amo el ave

que en su vuelo

bate en duelo

por librar,

el invierno

riguroso

y escabroso

por llegar.

 

Amo el agua

de la fuente

que se siente

palpitar.

Ésa que hoy es

“plata fría”.

Eufonía

al cantar.

 

Amo tuya

la sonrisa

y la brisa

que al rozar,

en dulzura

me adormece

y me mece

como al mar.

 

Amo el cielo

y la luna

que me acuna

al blancor,

de tus senos,

con sus brazos

y entre lazos

de fulgor.

 

Amo el fuego

que en mi mente,

mecha ardiente,

es pasión,

al que invoca

tu figura

que es locura

y afición.

 

Amo el beso

de tu boca

que provoca

con maldad,

fantasía

prodigiosa,

lujuriosa…

impiedad.

 

Amo el tacto

bueno en tino;

suave, fino

y al ardor

que, estremece

cuerpo entero

en sendero

sin pudor.

 

No preguntes

cuánto te amo,

sé que te amo:

¡vivo en ti!

Amo todo

de la vida.

¡Sin medida

te amo a ti!.

 

 

Rafael Huertes Lacalle