Nitsuga Amano

Domingo del recuerdo

En el domingo aburrido y eterno,
las horas arrastran un silencio taciturno,
se cierne una bruma de añoranza,
y la musa perdida en el recuerdo se hace presente.

 

 

La brisa que entra sin aviso,
trae consigo ecos de días pasados,
sonidos lejanos que se entrelazan,
con la melancolía que embriaga mis sentidos.

 

 

La calma se rompe, regresa la tormenta,
el sol se oculta tras nubes inciertas,
los vientos dudan y remolinan en el cuarto,
mientras la nostalgia hurga en las memorias.

 

 

Un frío helado recorre mi cuerpo,
temblando el alma, sintiendo miedos,
en el corazón laten inseguridades,
en un domingo triste y melódico.

 

 

Resisto bajo el yelmo de la melancolía,
esperando que pase este mal tiempo,
o quizás, con lágrimas purificar el alma,
y así, ver el sol brillar en mi sombría morada.

 

 

En este día somnoliento y pesado,
te recuerdo con intensa melancolía,
mi amada, mi musa, mi eterna ausencia,
que vive entre los escombros del pasado.

 

 

Oh, cómo quisiera devolver el tiempo,
para tenerte una vez más entre mis brazos,
pero en este domingo aburrido y lento,
solo puedo soñar con tus cálidos abrazos.

 

 

En el silencio de esta habitación fría,
donde el viento errante se desliza,
me sumerjo en tus recuerdos y fantasías,
buscando la luz que disipe la melancolía.

 

 

Y así, mientras el tiempo se desliza,
con esperanza anhelo que algún día,
la brisa traiga consigo tu regreso,
y en este domingo gris, vuelva el sol a brillar intenso.