Ayeres

Soledad rodeada de luz



El oido del mar escudriña la tierra;
Los latidos  despuntan
cuales mariposas y flores
inminentes a su primavera.

La noche se destrenza
Y en sus más ínfimos alardeos
parpadean las luciérnagas de mi almohada.


En sus ojos hay candelas;
Cierras las puertas
y se entorcha el archipiélago
mientras pasas.

Ayeres
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