No sé si llueve,
el día está nublado
y no amanece.
Pero es la hora
y toca levantarse
y madrugar.
Con gran pereza
me salgo de la cama
y voy al baño.
En el espejo
contemplo una figura
que bien conozco.
Susurro un nombre,
le hablo sin palabras
y le sonrío.
¡Qué tonterías,
hacemos, sin saberlo,
medio dormidos!
Luego prosigo,
abriendo la ventana
y viendo al mar.
Está muy cerca,
la playa es tentadora
con tantas algas.
No me resisto
y acepto, de la arena,
su tentación.
\"No sé si llueve,
tampoco importa mucho,
voy a la playa...\"
Rafael Sánchez Ortega ©
21/07/23