Raiza N. Jiménez E.

Sin Pensarlo-

Sí, muchas veces creí en el amor y, que existía.

Creía  que era una flama divina llena de gracia.

Pero, el amor es cierto y otras veces incierto.

Otras tantas es un duro camino al desierto.

¡El amor y el desamor transitan la misma ruta!

                                *-*

Me siento mal al decirlo y, más mal al sentirlo.

No tengo palabras que confirmen mi desacierto.

No encuentro luz en la senda y debo admitirlo.

Nada hay en mi vida, en mi ser y en mi cuerpo.

¡El caos llega de la oscuridad y de las sombras!

                                    *-*

Navego sola, por un cielo azul y sin las estrellas;

las busco a todas, sin encontrarlas, es mi suerte.

En mi camino sólo se me aprestan las querellas.

No quiero pensar en presagios y debo ser fuerte.

¡Lo que está decretado por tu destino, es tuyo!

                                 *-*

Vivía  en una eterna fantasía que hoy se ha muerto.

Por ello, quiero desterrarme y en un vuelo al cielo.

No hay espacio en mi corazón y busco cielo abierto.

Todo ello, me limita, pero me sirve como consuelo.

¡No podrás irte de la tierra, sin haber ido al infierno!

                             *-*

Ando buscando mi camino cierto, pero hay desvíos.

Por eso, me distraigo y cometo torpes desaciertos.

Sólo he encontrado negros caminos y son sombríos.

En ellos, no avanzo y me han causado desconciertos

¡Como errante andaré, ya que mi ruta, está trazada!

                                      *-*

No desisto de buscar y vuelvo mis pasos al camino.

Hay una senda que no hallo, pero lleva mis sueños.

Gravito en un corazón que lo tiene todo para amar.

El sólo quiere amar en libertad, no quiere dueños.

¡Alguno lo embrujará y verá el cielo o el infierno!

                                *-*

Ese corazón mío no quiere aprender de la pasión.

Vive solo en el pensar y se olvida que va a morir.

Se ha vuelto muy blandengue y sólo pide perdón.

Debo ponerle fuertes reparos a su forma de sentir.

¡El corazón que no obedece a las razones, sufrirá!

                                *-*

Vive muy lleno de ardores y, el pobre está turbado.

Aunque, no le faltan los halagos, arrullos y cariños.

Con ese amor fraternal se quiere quedar habitado.

¿Es qué, acaso mi corazón se me ha vuelto, un niño?

¡Es que el alma ungida sufre como niño, por el cariño.

                                  *-*

Sé del amor y sé también, que a veces, lo he vivido.

Y, aún lo vivo, en la plenitud de mí Ser como amante.

No digo que nunca amé o el amor no lo he sentido.

Lo he atesorado y pulido, como si fuera un diamante.

¡Sentir amor es natural y que se muera, no es normal!