Nitsuga Amano

Al alcance de una promesa

Existe más de un color que tiñe el firmamento fugitivo,

una luz que se extiende sin llegar al templo interior,

donde mi corazón palpita versos, recita poemas cautivos,

en la oscuridad taciturna, buscando tu amor con fervor.

 

 

Las manecillas giran desde un sueño profundo,

confundiendo mi cuerpo en dos mitades inquietas,

y anhelo tu tacto, tus besos en este mundo,

ese abrazo que se repite, lleno de pasión y apuestas.

 

 

Una espera se despliega, abarcando los días,

como una alarma que a veces olvida sonar,

y tú, a pocos metros, etérea y desafiantemente mía,

inalcanzable como un deseo que no puedo abrazar.

 

 

Eres la inspiración indómita que anida en mi ser,

una llama inextinguible, un anhelo que trasciende,

y aunque estés fuera de mi alcance, lejos de mi poder,

eres el motor de mis versos, la razón que me enciende.

 

Eres el horizonte que escapa entre mis dedos,

una melodía que resuena en piel y huesos,

el aroma que impregna sueños intensos,

y aunque distante, eres mi anhelo eterno, mi universo.

 

 

En cada verso que nace, tu nombre despliega,

una metáfora viva, una llama inapaga,

el verso oculto que en pecho se anega,

torrente de pasión que en ser se desborda y fragua.

 

 

Pese a la distancia que nos aleja y separa,

perdura la esperanza, el latido que no cesa,

que destino nos encuentre, que nuestra historia aclarara,

y en abrazo anhelado, el tiempo su recompensa.

 

 

Mientras tanto, buscaré tu presencia,

en destellos del firmamento, colores y matices,

en susurros del viento, caricia a mi existencia,

en cada latido, verso que el alma desliza.

 

Aunque distante, eres mi inspiración y guía,

llama que arde con fuerza, jamás se extinguirá,

en cada palabra escrita, noche y día.