Frances Villa

Simplemente una chica

Tengo a estas alturas una duda. No se si continuar esperando su regreso o levantarme de donde estoy postrado y mirar por la ventana a la chica que esta ahí, esperando que decida abrir mis ojos para amarla.

Sucede que lo vivido en el pasado me tiene atados de manos, no puedo sencillamente dejar pasar así como si nada, el sentimiento que tengo hacia la persona que en estos momentos dice odiarme, dice no querer verme nunca jamás en la vida, que dice ser la afectada.

Todo lo que hasta el momento trae a la mente el recuerdo, me ata de manos y me dice, aún no todo está perdido, aún queda un esperar. Entonces lo que hago es encerrarme y esperar, caminar y esperar, leer y esperar, trabajar y esperar.

La esperanza me dice: viejo, mira por la ventana, ahí cerca muy cerca de tu rendija existe una mujer, simplemente ella, una chica que espera en tu puerta pidiendo que la dejes pasar, pidiendo una tasa de te, una conversación amena, una oportunidad de demostrarte que todo puede ser diferente.

Entonces no se que hacer, ni decir. Aún estoy clavado con el pasado y siento que sería mentir a mi presente el dejarla pasar. y es que me han catalogado como “reencarnación del mal”, que pienso que si acepto tomar un te, este haciendo un gran daño a la persona con la que tomo el te, conversando.

La duda aún continúa y no me deja descansar por las noches. Por las mañanas camina conmigo por la ciudad que se ve ahora más muerta de lo que antes para mí lo era. Todo me la recuerda.

Sigo entonces postrado en la cama, pensando. Ella termina conmigo y ya consigue novio. Mientras una mujer, que dice ser simplemente una chica, sigue esperando en mi puerta para ver si decido hacerla pasar, para ver si decido tomar una tasa de te a su lado.