Al Duborg

La prosa del amor...

La piel no determina la raza

con que nacen sus colores,

son los matices la prosa

para quien le escribe al amor...

El alma viaja invidente

en el túnel de la vida,

busca ciega la salida

para ver salir el sol

y cuando siente el calor

de un enternecido abrazo,

el alma cierra los ojos

para no ver ocaso 

de un muro de contención.

 

El amor no entiende de razas

y no distingue sus colores...

Es capaz de oler sus flores

en su exótico jardín.

Le da igual la fragancia del jazmín,

del geranio o de la rosa.

Naturalmente mi flor,

el amor escribe en prosa,

rocía sus pétalos al sol...

Para abrirlos cuando está oscura la noche

y se abren mucho más,

mientras transcurre el derroche

de una interminable y colorida madrugada.