Alejandro José Diaz Valero

Quejas vecinales

Hay gente tan ingenua que para evitar que sus castillos se destruyan con un movimiento sísmico, toman sus previsiones y los construyen en el aire. (Alejandro Díaz)

 

 

Vecino traigo unas quejas

por las faltas de su hijo

para ver si lo aconseja

y le habla de civismo.

 

Tengo hasta testigos

de sus famosas andanzas,

la familia con quien vivo

se asombra de su prestancia.

 

Por eso es que he venido

con ánimos de informar;

sé que lo hallé desprevenido

pero tendrá que escuchar.

 

Ayer tarde mi señora

vio lo nunca imaginado

pues la ayudó sin demora

con las bolsas del mercado.

 

Mi madre que ya es anciana

iba a la iglesia ayer tarde

y él  alegre y de buena gana

le ayudó a pasar la calle.

 

En estos días mi perra de raza

se escapó por el vecindario,

y él me la trajo a casa

sin hacerme comentarios.

 

Mi hijo se cayó jugando

y observé con que ternura,

tranquilo lo estaba ayudando

a levantarse con premura.

 

Y aquel hombre complacido

lanzó un suspiro hondo

y le dijo a su vecino:

¡Por mi hijo, yo respondo!

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