Ben-.

Los áridos espejos-.

Yace un paisaje yermo

en tu cuerpo de amapola.

Donde antes crecieron buganvillas,

hoy se estremecen cenizas al viento.

Latitudes insondables, vuelcan

sus puros anhelos, y en la distancia

se escuchan murmullos y laceraciones

de muerto. Inclementes

crecen los áridos espejos, donde

se reflejan tímpanos y diapasones,

ocultos pájaros yertos. Sobre el hielo,

a una flor le cortan los dedos.

 

©