Izandro

Imagina

 

Imagina que eres el campo fértil,

Donde crecen rosas con sus tallos sin espinas,

Y que el cielo es la gran almohada,

Con delicadas plumas de ánsar,

Donde reposan tus sueños y tus plegarias;

Imagina que toda herida,

Puede sanar con uno solo de tus besos,

Y que mi Alma se regocija,

Con cada palabra de tus rezos;

Imagina que eres el sol de cada mañana,

Y que tu abrazo cálido,

Es motor de un día, y de una vida muy extraña;

Imagina que eres el viento

Que me susurra enamorada,

Y que me dice cada palabra,

Que se escribe entre mi pecho y mi Alma;

Imagina que no existe la noche,

Si no hay estrellas, ni luceros, ni luna clara,

Y que el atardecer no es tal,

Si no hay cantos de jilgueros,

Ni vuelo alegre de calandrias,

Imagina que la hora se adormece,

Con el aroma de las savias…

De un jazmín, de un rosal, de una gardenia…

Bajo el amparo eterno,

Y del abrazo tierno, de un cedro enamorado;

Imagina que soy una letra,

En medio de una frase que aún no se exclama,

Y que soy el suspiro, de tu pecho ahora en calma,

Imagina que soy el sueño, que en la mañana has olvidado,

Y que una gota de rocío sobre tus labios,

Te hizo recordarme, como aquel que siempre te habla;

Imagina que eres la luz,

En el laberinto de mis noches solitarias,

Y que llegas a mí, como abrazo, como caricia acumulada,

Y en medio de mi sollozo solitario,

Me rescatas mi dulce amada;

Imagina…

Que el Amor es la semilla y también el fruto,

Así como el rio y el rocío,

Sobre las flores que te aroman y te guardan,

Imagina… que eres mi fin, y mi principio,

Y la palabra de Amor,

Que con ternura,

Se guarda en el cofre de mi Alma.