Lo intente,
tantas veces me propuse continuar…
y dejarlo todo atrás.
Y tantas volví a creer…
esperanzado al amanecer,
y derrotado como siempre…me esperaba el atardecer…con su crepúsculo de opresión.
Pero no sé porque volvía a suceder,
no podía renunciar,
jamás me pude resistir,
me fue imposible empezarla a olvidar.
No pude nunca desprenderme de ese amor…que causó en mi tanto dolor.
Confié,
me dejé convencer,
y otra vez entregaba el corazón,
ponía en riesgo la razón…
y me ilusionaba sin meditar.
No dependía ya de mí,
era una inercia indescifrable…
que secuestró mi voluntad…
y dominaba mi pasión,
me sometía a su adicción.
Cuantas veces me sentí desfallecer,
agonizante arrastrando mi pesar…quería morir,
me deje convencer otra vez de la desolación,
yo solo quería sepultar esta inútil devoción.
Más nuevamente…
envuelto por un enigma inescrutable…
terminaba de pie…frente a su efigie de papel.
Y misteriosamente… como un raro hechizo…
volvía a renacer.
¿Cuantas cosas delirantes tendré todavía que vivir?
¿Qué más debo soportar?
¿Qué asfixiante experiencia tengo que sufrir?...
¿Acaso mi destino está marcado ya por ese hiriente pasado que me trajo hasta aquí?
¿Será que ya no hay más que decir?…
¿Que la cruel sentencia se ha consumado ya…
y la aflicción atroz de tu desaparición… nunca tendrá fin?.
¿Será que no hay más que decir?…