En el desamor y la nostalgia,
fluyen las fantasías más puras,
tejiendo un lienzo de melancolía,
en las horas donde el alma perdura.
En el día y la noche, una armonía,
se entrelazan en un danzar de luces,
y en cada verso encuentro la valentía,
para desafiar las sombras más abatidas.
En cada ida y vuelta de la vida,
exploro la oscuridad y su salida,
buscando la luz en la herida,
que deja una cicatriz en mi partida.
Con paso firme y voz serena,
afronto las crisis con decisión,
desafiando el destino en su condena,
con la fuerza que nace del corazón.
En el cáliz de sueños y anhelos,
saboreo cada gota de esperanza,
en París, donde surgen los vuelos,
de sueños que despiertan con confianza.
Entre el anís y la suave somnolencia,
entretejo historias con palabras entrelazadas,
despertando emociones con profunda abundancia,
en el vasto océano de almas anheladas.
Y así, con el nudo y el final enlazado,
descubro la belleza en lo rudo y lo suave,
en cada verso, el corazón desatado,
con la poesía como faro en mi viaje.