COMO MIRA EL VERSO
Arduo es el camino,
que conduce al fin.
La senda es difícil.
Y el sendero es fácil,
siguiendo aquel hilo,
que lleva al vivir.
Y en los aledaños,
donde van quedando.
Se van encontrando,
los perdidos años.
Voces, que de antaño,
sin soñar, son sueños.
Ya amaina el estruendo,
de sonidos nuevos,
cuando son auténticos,
los sonidos viejos.
Y, ya son los años,
los sabios maestros.
Se quedan sin nombre.
Se quedan sin sueños,
Sin verbos se quedan,
sin saberlo el resto.
Y acucian las hambres,
entre los cimientos.
Se quedaron solos,
entre dos recuerdos.
Uno, de las vidas,
otro, de los sueños.
Y en mitad del tiempo,
la verdad se olvida.
Se quedaron solos,
pero son cimientos.
Sus voces son fuerza.
Su soñar son versos.
Y estando tan solos,
su voz es inmensa.
Y, en los aledaños,
se guardan los años,
de amores eternos.
Y, que siendo sueños,
nos miran sin miedo.
Como mira el verso.
Ángel L. Pérez ®
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22/06/2023