Nitsuga Amano

Oda al Otoño

Han caído del revés los sueños dorados,

el otoño se desvanece sin encanto,

la flecha del sendero se extravía,

perdida la ruta, el rumbo incierto avanza.

 

 

Han cesado los trinos, suspendido el vuelo,

el pinzón azul busca su melodía,

sobre los pinos, anhela un nuevo encuentro,

donde el alimento renazca en su poesía.

 

 

El drago despliega su sombría capa,

verde y sereno, guarda secretos de vida,

dejando flores blancas en el aire,

un regalo mágico, enredado en la brisa.

 

 

El aire ha engullido polvo y arena,

preñado de arcilla y ceniza se envuelve,

la calima me ciega, difumina mi mirada,

mas no apaga el fuego que en mi pecho vive.

 

 

En El Hierro, yace un amor sepultado,

un desespero que emana de las sombras,

enterrado en el corazón que llora,

mas en la poesía, encuentra nuevas formas.

 

 

Y yo, isla desafortunada y valiente,

barca varada en mares agitados,

floto eterna en las olas que me envuelven,

en Salmor, mi alma encuentra su refugio.

 

 

Que las palabras cobren vida en este canto,

donde la creatividad se despliega,

que los versos fluyan con dinamismo,

y el ritmo poético vibre en cada entrega.

 

 

Que las metáforas tiñan el horizonte,

como pinceles que trazan colores intensos,

que el sentimiento se desborde en cada verso,

y en la cadencia del poema, sea eterno.