Danny McGee

LA PLAYA DE NOSOTROS.

LA PLAYA DE NOSOTROS. 

Se ataba al paraíso la luz dulcificada de su trémula mirada. Se ataba al paraíso todo su esplendor, y a todos esos sitios finamente comparables. Y el cielo anaranjado de todo amanecer, solamente era observable encendidas sus pupilas. Y encendidas sus pupilas, también se haría apreciar la costa despejada, el volar de las gaviotas y aquella franja extensa que adoran los amantes.   

SE ALZABA EL DÍA TODO EN EL VERANO DE SUS OJOS.  
SE ALZABA AQUEL TESORO EN LA PLAYA DE NOSOTROS.