Tu desnudez, me sorprende cada vez, en cada entrega. Como aquella vez primera en que fuiste mía, aquella vez.
Y es que cada vez que te entregas, llena mi alma de pasión y ternura; con la sencillez de una oruga, que esconde bajo la piel sus colores, guardando para mí tus amores, los que liberas al abrirte, en cada entrega.
Tu desnudez, me atrae como atrae el néctar a la abeja; invitándome a ser tu pareja, y a disfrutar de ti de una vez.
Tu desnudez, descubre lo que escondes en el alma: la tibieza de un amor en calma que espera darse por completo cada vez.
Tu desnudez, tal cual vino en su viñedo, me hace desear ser el primero que llene de ti, mi copa; la cual saciará la sed de mi boca, cada vez que te bese, sin timidez.
Tu desnudez, me recuerda aquella vez primera, cuando me hiciste tu entrega, cuando probé de tus besos, cuando me diste eso que me hizo tuyo, de una vez; y como si yo fuera un pez, que se ha acostumbrado a tu pecera, vivo esperando cada entrega que hace para mí, tu desnudez.